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La Unidad para las Víctimas ha invertido más de 2.000 millones de pesos en dotaciones agropecuarias y proyectos de infraestructura para consolidar el retorno y la permanencia de comunidades en sus territorios.

En el pasado, los campesinos abandonaron sus fincas y cultivos por la violencia de las guerrillas y grupos de autodefensas. Años después, miles de ellos decidieron no sufrir más como desplazados y regresaron a sus territorios en municipios antioqueños, donde ahora resurgen con nuevas cosechas, proyectos productivos y obras que unen a sus comunidades. 

Los beneficiados con las acciones de los planes de retorno y reubicación de población desplazada que implementa la Unidad para las Víctimas, entre octubre y diciembre de este año, son miles de familias de corregimientos y veredas de Sonsón, La Unión, El Peñol e Ituango en Antioquia.  

En las veredas de Sonsón y La Unión, y en el corregimiento Mesopotamia, 146 familias podrán mejorar desde este mes sus condiciones de vida con el cultivo de alimentos y producción avícola para su consumo y comercialización. Esto gracias a las dotaciones de insumos agrícolas (herramientas, semillas, abonos, fertilizantes, concentrados) y 2.000 gallinas entregadas con apoyo y contrapartidas económicas de las alcaldías locales. 

Con esta motivación, Dolly Hernández llegó con su familia a la caseta de la vereda Llanadas, en Sonsón, para recibir 80 gallinas y los materiales necesarios para construir un galpón para las aves ponedoras de huevos. 

Relata que, “después del desplazamiento pudimos volver y estamos contentos porque esto ayuda a la gente que sufrió tanto la violencia. A nosotros nos ayuda para el sustento de la familia y lo que sobre para vender”. 

Ella y su familia se desplazaron hace más de 20 años cuando, “había mucha violencia y mataron a mucha gente. Nos desplazamos un día que tumbaron un puente y la guerrilla llegó a mi casa y se llevaron a mi esposo y mi hijo y luego los soltaron, pero con la amenaza que teníamos que abandonar la vereda. A la gente la sacaban de la casa y muchas veces no aparecían”. 

Los campesinos como Dolly están complacidos de que las tierras que abandonaron hace más de 20 años vuelven a ser productivas. “Antes manteníamos con mucho miedo de que llegara uno u otro grupo, pero ahora vivimos más tranquilos”, concluye.   

Según la directora de la Unidad para las Víctimas en Antioquia, Claudia Patricia Vallejo Avendaño, la “inversión a favor de estas poblaciones retornadas tras desplazamientos que los obligaron a salir de sus territorios suma más de 2.000 millones de pesos en proyectos agropecuarios y las obras comunitarias, que pretenden garantizar la permanencia en sus tierras y la superación de la vulnerabilidad causada por el conflicto armado”. 

También indicó que comunidades en más de 30 municipios antioqueños tienen planes de retorno y reubicación de desplazados. Allí se han dotado cerca de 2.500 unidades productivas (negocios familiares) y más de 300 proyectos comunitarios en los últimos años. Entre estos agropecuarios, construcción y adecuación de escuelas, centros de salud, acueductos, casetas, canchas deportivas, parques, placa huellas, dotación de grupos artísticos y deportivos.  

Los planes de retorno y reubicación de desplazados también mejoran la salud, el desarrollo comunitario y la movilidad de miles de habitantes de otras zonas rurales del oriente antioqueño. 

Con ese fin, desde esta semana la población que volvió al corregimiento Mesopotamia (La Unión) cuenta con un puesto de salud dotado con nuevo mobiliario, al igual que las Juntas de Acción Comunal del sector Manzanares Centro y la vereda La Paloma (Sonsón). 

Asimismo, para facilitar la movilidad y el transporte de los productos de los campesinos, la Unidad para las Víctimas entregó materiales para la construcción de placas huellas en la vereda Norí, en Sonsón, y, en los próximos días, en la vereda La Meseta, en El Peñol.

En noviembre, en cumplimiento de los planes de reparación colectiva por las masacres del paramilitarismo en Ituango, 55 familias víctimas del corregimiento La Granja emprenderán proyectos productivos de café y ganadería con las dotaciones agrícolas y cerca de 300 reses para resarcir los daños económicos por la violencia. 

En el primer trimestre de este año se beneficiaron con estos proyectos población retornada en Urrao, Betulia, Carmen de Viboral, San Vicente Ferrer, Argelia, Concordia, Peque, Titiribí, Amalfi, Andes, Dabeiba y Vigía del Fuerte. 

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